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miércoles, 2 de febrero de 2011

LA MULTITUD ÁRABE

Alberto Híjar Serrano

La insurrección árabe rebela el poder emancipatorio de la multitud. En ella coexisten individualidades como movimientos organizados y partidos políticos que quisieran dirigir aunque son avasallados, por lo pronto, por el millón de furiosos incluyentes de los soldados uniformados y las mujeres tapadas y destapadas. Los tanques sirven de plataforma a los manifestantes y pese a la supresión de la internet y de la prensa y la radio, la multitud comunica su fuerza antidictatorial sin atender al toque de queda. Las potencias coloniales tratan de influir y mandan mensajes conciliatorios hipócritas a su socio Mubarak preocupados por la cotización del petróleo y el desarreglo territorial en marcha en el norte de África. Todos somos Jaled Said, proclama una pagina en la red en homenaje al joven masacrado por la policía en un cibercafé de Alejandría, no en una casa de seguridad o en un operativo revolucionario. Los Premios Nobel se esfuerzan en sus llamadas al orden y ni siquiera Mohamed El Baradei quien informó al mundo que en Irak no había armas de destrucción masiva fracasa en sus llamados a la paz y el orden. Un millón de insurrectos inician febrero en las calles y las plazas sin atender la desesperada convocatoria muy tardía de Mubarak para dialogar de aquí a septiembre cuando deje el poder.
         Ya le pasó a la CIA no entender nada de la insurrección de 1979 contra el Sha de Irán y su bella y costosa esposa protegidos por el ejército mejor armado y subsidiado por el Estado yanqui. Un ayatollah enviaba desde París casettes con mensajes aparentemente inocentes por sus ordenanzas de la vida cotidiana. El anciano Jomeini encabezó una insurrección que echó fuera a los sátrapas pero la emancipación no prosperó en la nueva República Islámica. Igual parece ahora cuando Fox News clama porque el nuevo poder no caiga en peores manos que las de Mubarak. Lo bueno para ellos, para los gobiernos colonialistas de Estados Unidos, Inglaterra y Francia, sería convocar a elecciones en diciembre con las consabidas garantías de transparencia y reforma constitucional garantes de la reducción de la democracia al voto, su conteo, sus encuestas, sus ilusorios resultados de unidad nacional ocultadora de los negocios corruptos de los sátrapas. La caída del Sha dio pie a la frase de que la CIA lo sabe todo pero no entiende nada. De aquí el peligro de la intervención militar yanqui.
         El problema es complejo porque el sistema-mundo del capitalismo despótico arrasa con las soberanías nacionales para subordinarlas a los proyectos del gobierno mundial con sus estructuras financieras, comerciales y monetarias. La territorialización productiva anula las fronteras nacionales y la destrucción de los derechos históricos de los pueblos y los trabajadores todos, exige pensar más allá del proletariado y la soberanía nacional sustituidos por masas de trabajadores desprotegidos y acosados por gobiernos globalizantes para dar lugar a una precariedad laboral extrema bajo control robótico electrónico, a la miseria creciente acompañada por el fin de los servicios públicos, a la economía pirata de subsistencia pero también de amafiamiento y a las espantosas migraciones. De aquí la multitud como alternativa emancipatoria con su planteamiento instintivo de la democracia sin mediaciones de espurios representantes, sin elecciones ni partidos corruptos y con representaciones populares construidas en la lucha. Por esto la multitud pone en merecida crisis de muerte a un régimen de terror en calles y plazas, en la confraternización con el ejército y la policía a quienes siempre había temido, con la desobediencia civil, todo con la exigencia de democracia plena desde abajo sin injerencia ni vigilancia del imperio colonialista.
         Para los politólogos de gabinete todo esto es un gran problema porque no encuentran explicación. Difícil es entender como efecto la inmolación por incendio del vendedor ambulante de Argel, Mohamed Buazizi de 27 años, luego de ser atacado por la policía. Los opinaderos de las televisoras, radiodifusoras y las paginas editoriales y primeras planas de la prensa financiada por los consorcios explotadores y por los gobiernos empeñados en lavar su sucia imagen, reproducen con su primitivismo sabelotodo, el atraso profundo de las universidades donde los nombres de Antonio Negri y Michael Hardt son tan maldecidos como lo fuera Louis Althusser en los 70 cuando proclamaba la bienvenida a la crisis del marxismo y desde su militancia comunista denunciaba las reducciones dogmáticas y despóticas de los manuales soviéticos. Los marxistas comodinos se sintieron tocados y lo impugnaron sólo para verse contradichos y superados por el siguiente texto del maestro argelino de Paris. Ahora acusan a Negri de hacerle el juego al imperialismo al explicar que no fue éste la etapa superior del capitalismo porque faltaba llegar al Imperio, esta opresión mundial que conlleva consecuencias graves inexplicables con sujetos históricos y sociales disminuidos como el proletariado o con la soberanía perdida por los pueblos y los estados-nación. Ante esto, el Taller de Construcción del Socialismo desentendido de los prestigios y las famas de los claustros académicos ha dado lugar a la tesis de doctorado en Estudios Latinoamericanos de Alfredo Velarde, el querido profesor de economía seguido por los universitarios alertas a sus reivindicaciones anarco-comunistas incluyentes de Negri en especial. Su tesis explica en mil páginas la emergencia de la multitud en el Imperio y la confronta con la crítica a los socialismos de nuevo tipo que no aciertan a superar una ilusoria liberación nacional de Estado con un designio histórico superior en una especie de idealismo hegeliano tardío.
         Por todo esto es bienvenida la multitud árabe y medioriental que ya cruzó el Mediterráneo. No hay en ella designios transhistóricos y providenciales pese al islamismo. Hay hasta la Marcha del millón la certeza combativa de que la democracia plena es sin mediaciones espurias, sin vigilancias coloniales y contra partidos sin más principios que los del poder y las ganancias a toda costa. Toda una lección histórica que se acumula a tanto como debemos a los árabes pese a las Cruzadas, los Reyes Católicos y las guerras yanqui-israelíes para exterminar a los pueblos árabes.
2 febrero 2011 

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