por Mumia Abu-Jamal
Tal vez es pronto pronosticar la caída del “presidente de por vida” Hosni Mubarak, pero las cosas no pintan bien para su futura carrera.
El régimen de Mubarak ha sido la piedra angular de la estrategia de Estados Unidos en el Medio Oriente durante décadas. Egipto, estado árabe en el Norte de África, tiene una población más grande que cualquier país vecino y marca el paso en la región entera.
Mubarak, quien llegó al poder después del asesinato del presidente Anwar al-Sadat por soldados del ejército egipcio el 6 de octubre de 1981, perpetúa el acuerdo de paz con Israel fraguado por Sadat. Ha sido un aliado más fuerte del Occidente que de los palestinos y de otros vecinos árabes. A cambio de sus servicios, Egipto se ha vuelto el segundo receptor de ayuda militar regional de Estados Unidos, solo superado por Israel. A pesar de estar al servicio de sus amos financieros durante largos años, Mubarak está siendo preparado para una jubilación que él no quiere.
Esto es especialmente notable en vista de la suerte que ha tenido para sobrevivir el desastre inminente; estuvo a unos pasos de Sadat cuando su predecesor recibió el tiro de gracia y luego evitó el asesinato cuando viajó a Etiopía en junio de 1995.
Es posible que Mubarak, un hombre obsesionado con la seguridad interna de Egipto, haya sido desplazado por los jóvenes de la generación Twitter, quienes usaron las redes para organizar las protestas nacionales contra el gobierno a la velocidad del rayo.
Tal vez el presidente de Egipto estará remando por el Río Nilo muy pronto debido a la severa crisis económica de la nación, el lacerante desempleo de la juventud, y la despiadada brutalidad de su policía. Durante varios meses, las imágenes de gente golpeada y pisoteada por la policía han sido proyectadas por el Internet.
Pero, como en el caso de Túnez, la brutalidad y represión ejercida por la policía sólo pueden funcionar hasta cierto punto; una vez que se evapore el miedo, la resistencia crece.
Egipto ha funcionado como el destino de exportación para las víctimas de la “entrega”*, quienes en muchos casos son personas que Estados Unidos ha querido desaparecer para siempre.
Y ahora, después de décadas de aquiescencia a los caprichos imperiales de Estados Unidos, es posible que Mubarak reciba el mismo trato dado al sha Reza Pahlevi de Irán: el exilio (o algo peor).
El general Omar Torrijos, ex caudillo de Panamá (1968-1981) quien ofreció asilo temporal a un enfermizo y exiliado shá de Irán, comentó al recibir su huésped: "Esto es lo que pasa a un hombre exprimido por las grandes naciones….Después de que se acaba el jugo, lo echan a la basura".
Desde el corredor de la muerte soy Mumia Abu-Jamal.
--(c) '11 maj
*N. de la T. El programa de la CIA conocido durante el régimen de Clinton como la “entrega” (rendition) y durante los regímenes de Bush y Obama como la “entrega extraordinaria” (extraordinary rendition) se refiere al secuestro y traslado ilegal de una persona a un tercer país para ser torturada.
29 de enero de 2011
Audio grabado por Noelle Hanrahan: www.prisonradio.org
Texto circulado por Fatirah Litestar01@aol.com
Traducción Amig@s de Mumia, México
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