México D.F., 15 de noviembre de 2011 (Cencos).- Pinceladas de acuarela a lo lejos dibujan el paisaje, aquellas montañas curvilíneas y seductoras de Michoacán. Los bosques que las colorean y dan textura, aún tienen cabida para los pinos en pie de lucha. Han sido masacrados, talados en la sombra de la impunidad hasta el ¡Ya Basta! que recorrió Cherán, hoy hace exactamente siete meses.
El reciente logro, la expulsión de los partidos políticos
En el último censo, se registran 18 mil 141 habitantes en Cherán. La gran mayoría forma parte del movimiento. Mujeres, niños, jóvenes, adultos, señoras y señores de la tercera edad, bebés en brazos; todos ellos anegan las calles de Cherán K’eri (el gran susto por su definición precisa), cuando se trata de manifestarse. La mayoría con pancartas, otros con mantas y todos concurriendo en un terremoto comunal, acentuado paso con paso por las calles, en una marcha que parte desde cada una de las barricadas hacia el zócalo. Ahora, el domingo pasado, marcharon exigiendo el derecho a la consulta. Es tiempo de la autodeterminación y la autonomía.
Ya han expulsado al crimen organizado de su pueblo, y aunque la seguridad continua siendo un tema de preocupación, la organización en Cherán los ha llevado a recobrar su gobierno por usos y costumbres. El reto de combatir a la delincuencia y la colusión de ésta con las autoridades los ha llevado a expulsar a las actuales autoridades municipales y a pedir a las autoridades estatales el reconocimiento de una nueva forma de gobierno.
El 26 de agosto hicieron la petición formal al Instituto Electoral de Michoacán, para ejercer un gobierno electo según su derecho consuetudinario purépecha, pero éste lo rechazó.
Esgrimiendo su derecho colectivo a la consulta la comunidad no se conformó y demandó ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que el 2 de noviembre dio un fallo histórico cancelando el proceso electoral que debía llevarse a cabo el domingo pasado y en su lugar ordenó al IEM consultar con base en la Constitución y los estándares internacionales de derechos humanos a Cherán, sobre que tipo de organización quieren tener para conformar un nuevo gobierno.
Ahora la exigencia que piden a gritos, marchando por las principales calles, es que se les consulte, para poder aprobar los órganos de gobierno que ya fueron electos y que tomen posesión a partir de 2012.
El giro purépecha de la manifestación es palpable, la organización inverosímil; una vez conglomerados en la plaza, los contingentes por barrios salen tranquilamente a rondar por el pueblo y culminar con la celebración de la validación de sus usos y costumbres concedida por el TEPJF, pero ganada por el pueblo al no instalar casillas en aquella comunidad. Situación que ahora siembra el precedente para que otros pueblos indígenas decidan poner a germinar su autogestión.
El inicio fue un viernes, en el Barrio tercero, por donde está la iglesia del Calvario
El levantamiento, dice un joven cheranence que prefiere guardar su identidad, “estaba previsto para un domingo pero a partir de que los talamontes pasaban como Juan por su casa, con 50 o 60 camionetas cargadas de madera diariamente, pues la gente decide organizarse y hacerles frente, eran básicamente mujeres, jóvenes, niños los que agarraron lo que fuera, piedras o palos, contrario a ellos que sí traían sus cuernos de chivo y armas de alto poder.
"Entonces, a partir de ahí pues la comunidad comienza a organizarse, empieza a ver cómo iba a sacar ese problema de ahí para que se exigiera a las autoridades, a los tres órdenes de gobierno que pues pusiera una solución a esta devastación que estaban haciendo de nuestros bosques y finalmente pues el gobierno ignoró la petición y se limitó no más a decir que la seguridad de Cherán estaba garantizada por algunos puntos de revisión con patrullas”.
En este escenario, de donde las patrullas fueron expulsadas por su inacción y complicidad con los talamontes, se llevan a cabo rondines de hombres jóvenes y adultos de todas las edades, los cuales se encargan de la seguridad del pueblo. Las 24 horas del día transitan por los cuatro barrios con el viento helado clavándose en la cara y cualquier parte del cuerpo sin abrigar.
La Ronda Comunitaria, recorre todo Cherán en aproximadamente hora y media, hacen paradas en cada una de las tres barricadas principales y se turnan por comisiones cada ocho horas para evitar la carga de trabajo o la centralización de las responsabilidades comunales.
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